Lo que aprendimos en nuestros colegios, institutos y universidades no nos ha sido útil para sentirnos plen@s, satisfech@s, bien con nosotr@s mism@s ni en paz con lo que vivimos. Tampoco nos han servido para descubrir el gran potencial sanador y transformador que ocultan todas las situaciones que experimentamos (sean como sean) cuando en vez de resistirnos, nos alineamos con lo que ocurre. Hemos aprendido a rechazarlo todo en vez de usarlo todo.
En ninguna formación reglada nos explicaron que no necesitamos controlar nuestras vidas, SOLO VIVIRLAS. Si entendiéramos eso podríamos empezar a descansar y disfrutar.
Si la descubres y la nutres podrás descansar en ella y dejarte llevar por su corriente sin temor. Sea cuales sean las circunstancias te sentirás guiad@, sostenid@, agradecid@ y extrañamente en paz con todo lo que ocurre. Si no la descubres y no la nutres la vida se convierte en un peso, una lucha, un lugar en el que defenderse y protegerse de todo y de tod@s.
La vida puede ser un lugar hostil o bello sin la necesidad de que cambien las situaciones, el que siempre puede transformarse ERES TÚ.
A un lugar en el que aprender todo esto se le puede llamar “escuela 🌺” siempre y cuando, tod@s seamos conscientes de que la única maestra que hay aquí es la propia VIDA.
Bienvenid@ a la escuela. Aquí tod@s vamos junt@s al mismo curso. Solo hay uno.
Tod@s vivimos dentro de un cauce que nos lleva, pero muchos nos resistimos, o remamos en dirección opuesta, o le tememos… y así, no podemos disfrutar de la vida que se nos ha regalado, ni descansar en el camino, ni descubrir el gran potencial que tiene cada situación que experimentamos y cada relación que tenemos.
La vida, que es para disfrutarla, la convertimos en una carga, un drama.